¿Vendetta de los cárteles de Colombia? ¿Ajuste de cuentas de la mafia? ¿Fue por dinero? Son algunas de las hipótesis que algunos medios irresponsables comienzan a salpicar sobre el trágico secuestro de la hija de Luis Valdez Villacorta. Después de la “hollywoodesca” e irresponsable cobertura de la captura del alcalde y de sus “supuestos millones” más de un delincuente debe de haber puesto la mira sobre la familia de este ciudadano y las autoridades son las únicas responsables de la vida de esta menor de edad.
La noche de ayer, 29 de julio, pistoleros encapuchados vestidos con uniformes de INPE y de la Policía Nacional del Perú, secuestraron a la salida del Penal Castro Castro a la esposa de Luis Valdez, Mirna Soria Saldaña de Valdez (50) y a la hija de ambos, Giannina Valdez Soria, de 16 años. Al cierre de esta edición, los facinerosos dejaron en libertad a Mirna Soria Saldaña de Valdez, quedando secuestrada cobardemente la menor de edad.
Se trata de un capítulo más del ensañamiento contra el procesado Luis Valdez, un hombre que los medios de comunicación “paladines de la verdad” (El Comercio, La República, Caretas, insaciables receptores de recursos externos) se han encargado de satanizar sin haber realizado una sola investigación profesional ni presentado prueba alguna en su contra. Por el contrario, se han mostrado muy diligentes en buscar como fuente informativa a la crema y nata del prontuariado pucallpino, enemigos de la democracia y con agenda política propia que pronto nos encargaremos de desenmascarar.
Asimismo, desde esta tribuna hemos encarado con sólidos argumentos el operativo irregular de captura digitado en octubre de 2008 por el saliente ministro del Interior, Luis Alva Castro, y ejecutado por el entonces Director de la Dirandro, Gral. Miguel Hidalgo (Ver). Casualmente hoy, ambos personajes se encumbran por segunda vez en las altas esferas del poder, uno como Presidente del Congreso de la República (tan impopular que se valió de votos tránsfugas para ser elegido) y el otro como Director de la Policía Nacional del Perú.
Exigimos al Gral. Miguel Hidalgo, que así como fue tan “eficaz” para armar la captura del “capo di capos” en Pucallpa, que extrañamente no aparece en la lista de los grandes narcotraficantes peruanos según la DEA y la Dirandro (Ver Caretas 1916, año 2006) (vale decir, se quiere hacer creer que se convirtió en narcotraficante a los 68 años de edad), y así como la PNP ha sido tan brillante para capturar en tiempo record a los asesinos de Alicia Delgado, Marco Antonio y recientemente esquinar al hombre que atracó a Gastón Acurio, le exigimos que tenga la misma lucidez para dar con el paradero de hija del Sr. Valdez y poner tras las rejas a los responsables, sean estos uniformados o no.
Que la opinión pública saque sus propias conclusiones sobre este cobarde secuestro a una menor de edad inocente y sobre la condición en la que vive la familia de Luis Valdez injustamente. ¿Alguien se imagina a las hijas de un narcotraficante manejando un auto marca “Chery” de origen chino, desprovistas de seguridad y expuestas a cualquier atentado? ¿De dónde sacará dinero Luis Valdez para pagarle a los plagiarios si todos sus bienes están confiscados por la Ofecod y sus cuentas bancarias bloqueadas? ¿Cómo tomará esta noticia un hombre cuya hipertensión y estado cardiaco le impide llevar con normalidad el proceso judicial?